14 maneras de ser creativo

Categoría (Consejos para escritores, General) por Manu de Ordoñana el 10-01-2013

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Navegando en la web, el otro día tropecé con un artículo en francés, escrito por Eric Mainville, en el cual el autor sugiere 14 maneras de ser creativo. Son recomendaciones simples, de sentido común, que me he permitido traducir con alguna libertad y traerlas a este blog: quizá te sirvan para salir de un apuro:

14 maneras de ser creativo

1.- Aislarse. Crear algo, cualquiera que sea el campo en que te mueves, lleva su tiempo, un tiempo en el que el autor está solo, lleno de dudas, de interrogantes, al no encontrar el camino. Por eso, la mayoría de la gente prefiere las actividades sociales, es lo más cómodo, la vida social nos incita a no ser creativo. Y cuando consigues aislarte de verdad, la pregunta que te surge es algo así como «¿qué quiero hacer?», un enigma cuya solución es construir un programa de trabajo, que te puede convertir en un auténtico creador, si eres capaces de cumplirlo.

2.- Empezar.- Lo más difícil de todo es ponerse a escribir, incluso para crear algo simple, trivial. Es un momento doloroso que hay que superar, para vencer el miedo que nos bloquea. No hay más remedio que salvarlo, quizá mediante algún truco: no mires la cima del monte, da sólo el primer paso. Lo importante es comenzar, luego ya será más fácil.

3.- Organizarse.- En contra de lo que se cree, los artistas no son chiflados dotados del don de crear espontáneamente bajo el efecto de la inspiración. Son personas organizadas que poseen un método: cada uno ha de encontrar el suyo, las herramientas que precisa, su ritual. Sólo una recomendación: lleva siempre contigo una libreta y un bolígrafo, las ideas te pueden surgir en cualquier momento.

4.- Alimentarse.- Para saber escribir, hay que saber leer. Y para saber leer, hay que saber vivir (Guy Debord). La creación ex nihilo no existe. Incluso el genio precoz que fue Rimbaud leyó a todos los poetas que le precedieron antes de dedicarse a la poesía.

5.- Intercambiar.- La discusión con los colegas es otra manera de alimentarse. Es quizá la más natural, la más vital. Aunque para escribir, hay que aislarse, también es necesario intercambiar opiniones. Samuel Beckett escribía en una habitación situada enfrente de una cárcel. Todos los días sentía la necesidad de comunicarse con un preso que estaba dentro y lo hacía enviándole señales luminosas con un espejo. En ese momento, eso era para él más importante que escribir.

6.- Rumiar.- “Los lectores no llegan a entender un libro hasta que consiguen rumiarlo”, en el sentido que da Nietzsche a esta palabra. Esta capacidad de rumiar, de digerir lentamente una obra es una habilidad que conviene cultivar, un proceso que lleva su tiempo. Somos demasiado impacientes, apreciamos los actos que nos aportan beneficio inmediato. Hay que aceptar periodos improductivos, al menos, en los primeros momentos.

7.- Copiar.- Los artistas copian… todos copian. Se puede copiar para aprender, como lo hace un pintor con los lienzos de los grandes maestros. Te puedes inspirar en una obra ya escrita, tomar prestada una idea, sin necesidad de llegar al plagio. Pensar que un creador es capaz de construir algo partiendo de cero es un error, lo que hace es recomponer, un trabajo de curandero además de creativo.

8.- Despegar.- Crear es entrar en contacto con tu verdadera personalidad, es sacar a la luz lo mejor que tienes dentro. Si te preguntas qué efecto quieres producir en el lector, la respuesta es: sacudir la parte más digna del ser que me está leyendo.

9.- No acelerar.- Es importante mantener un ritmo y no acelerarlo, descubrir tus puntos fuertes, conocer el momento del día en que eres más creativo, en el que podrás obtener el máximo rendimiento.

10.- Centrarse. La distracción es el azote de nuestro tiempo, la infoxicación. Con Internet, la atención se dispersa hacia multitud de fuentes de información. Aprende a hacer sólo una cosa, concéntrate en una tarea y trata de concluirla.

11.- No juzgar. Aceptar ideas si analizarlas es un criterio que sirve para una sesión de brainstorming. Nos molesta aceptar lo nuevo, ya que lo valoramos en función de lo que conocemos. Prescindir de tu opinión (por un tiempo) es la única forma que tienes para admitir una novedad.

12.- Corregir. Es un de los puntos más importantes. Un texto no surge al primer intento, corrígelo las veces que sean necesarias. Un libro nunca está concluido, siempre se te ocurrirá una mejora. Hay autores que cambian el contenido incluso después de publicarlo y su contenido evoluciona, sobre todo si es digital.

13.- No comparar. Este criterio es válido para todo en la vida, nos evita el sufrimiento.

14.- Exagerar. Describir la realidad no es suficiente, no funciona si pretendes escribir un buen libro. Hay que exagerar. Cuando Simenon creó a Maigret, exageró el personaje. El hombre es pesado, fuma su pipa constantemente, bebe cerveza siempre que puede y tiene las mismas costumbres. Eso hace que el personaje parezca real.

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