Microrrelatos. La oveja negra

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-06-2025

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En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Augusto Monterroso

Este relato pertenece al libro La oveja negra y demás fábulas (1969). Mediante el formato literario de la fábula nos presenta historias en las que se refleja la sociedad contemporánea con todas sus debilidades. Cuando publicó el libro, afirmó que los personajes de los relatos en realidad son humanos “disfrazados de moscas, perros, jirafas o simples aspirantes a escritores”. Read the rest of this entry »

Silvio D’Arzo. Casa ajena

Categoría (El libro y la lectura, Estafeta literaria, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-05-2025

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Javier Cercas afirmó que las buenas novelas siempre tienen en su interior una pregunta cuya única respuesta válida es la búsqueda de la respuesta, que es en definitiva la propia novela. Pues bien, Casa ajena cumple con esta norma a la perfección porque la base de toda la trama está en la pregunta que un personaje central le hace al narrador de la historia.

Es un libro desolador, pero maravillosamente bien escrito y pergeñado, y aunque es fácil suponer que el tema de la muerte está de fondo, queremos resaltar que está tratado por el autor de forma distinta y valiente, ya que pone en canción a un actor social tan escurridizo como la iglesia ―mediante uno de sus representantes― y, en última estancia, nos interpela a nosotros, los lectores.

El autor

La biografía del autor es curiosa ya que siempre se ha escondido detrás de multitud de seudónimos (Silvio D’Arzo, Andrea Colli, Sandro Nedi, Oreste Nasi, Nino Cavazzoni) y no llegó a ver publicada en vida más que una obra suya , y no precisamente esta que estamos analizando.  Su verdadero nombre es Ezio Comaroni y nació en 1920 en Reggio Emilia donde vivió con su madre, Rosalinda Comparoni, en una humilde casa de Via Aschieri nº 4 en cuya sala pasaban las horas en una especie de aislamiento voluntario. Allí D’Arzo creció, estudió y escribió. Este exilio voluntario acentuó la relación entre madre e hijo. Aunque él no permitía que sus amigos lo visitaran, avergonzado como estaba de su sencillo alojamiento, supo mantener ya de adulto ciertos vínculos que le aportaron mucho en el desarrollo de su vida afectiva y cultural, como con su editor Vallecchi y con un crítico literario Emilio Cecchi. Read the rest of this entry »

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-05-2025

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592.- Microrrelato. Casualidad

Justo en el instante en que él se estaba afeitando, ella se duchaba.
Justo en el instante en el que ella se maquillaba, él leía el periódico.
Justo en el instante en que él estaba desayunando, ella guardaba sus papeles.
Justo en el instante en el que ella empacaba su almuerzo, él acariciaba su gato.
Justo en el instante en que él daba instrucciones al portero, ella tomaba su café.
Justo en el instante en el que ella salía de la casa, él cogía las llaves del carro.
Justo en el instante en que él pasaba con su carro, ella cruzaba la calle.
Ángela Adriana Rengifo

Aquí tenemos otro ejemplo de cuento en el que se juega con la focalización. Con él, Rengifo ganó el II Concurso Latinoamericano y XVI Universitario Nacional de Cuento Corto de Colombia, en 2003. Read the rest of this entry »

El poder de los libros

Categoría (Cultura y democracia, El libro y la lectura, El mundo del libro, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-04-2025

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«Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano».
(Balzac)

Los entusiastas de las letras, de la lectura, relacionamos inevitablemente el mes de abril con la fiesta que acabamos de celebrar, con el «Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor«. Este día se conmemora, en Cataluña, desde 1926 cuando Alfonso XIII aprobó lo que el escritor Vicente Clavel Andrés había propuesto a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona tres años antes con el fin de celebrar esta festividad. Posteriormente, en 1988, la Unesco promovió el origen del Día del Libro, pero en 1995 la Conferencia General de la Unesco estableció el 23 de abril como jornada para rendir homenaje a la literatura y fomentar la lectura entre la población. Se consideró un día simbólico para las letras porque coincidían, casualmente, los fallecimientos de Miguel de Cervantes, William Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega.

Como bien nos detalla Irene Vallejo en su incontestable El infinito en un junco, hasta la invención de la escritura, del libro, las palabras se las llevaba el viento. El oficio de pensar el mundo existe gracias a los libros y la lectura, puesto que la escritura salva de la destrucción y el olvido todos los pensamientos y las creaciones del hombre. Y es el hombre, a su vez, bajo la influencia del poder de la religión, de la política… el que ha perseguido, vilipendiado, destruido y matado a los autores, a los editores y a los libros.

Con este artículo queremos hacernos eco de los atropellos que se han hecho y, lamentablemente, se siguen haciendo con los libros que no tuvieron suerte y fueron perseguidos, con el calificativo de malditos, prohibidos. Sin duda, el poder del libro fue también su condena. “Convertirlos en pasto de las llamas era asegurar su destrucción total. Escribir sobre esa barbarie es un homenaje, con el deseo de que no se vuelva a encender el fuego del odio y la persecución, ni siquiera en el metaverso”. Son palabras de Carmen Sabalete, la directora de la edición especial de la revista Muy Historia, dedicada a los Libros Malditos, que nos ha servido hilvanar esta crónica. Read the rest of this entry »

Microrrelato. La hormiga en el asfalto

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-04-2025

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La hormiga en el asfalto

Agosto, cuatro de la tarde. Casi cuarenta grados de temperatura. Una calle en obras, una profunda zanja lateral. La gran grúa mueve tierra y cascotes. En la soledad deslumbradora, un hombre espera el autobús. Se ha colocado un pañuelo sobre la cabeza, está inmóvil y siente brotar el sudor de toda su piel. Muy cerca se alza el pequeño surtidor de una cañería rota. El hombre descubre en la calzada un insecto minúsculo, acaso una hormiga solitaria que avanza en línea recta. El chorro de agua golpea contra un montón de arena y hace saltar piedrecitas que caen cada vez más cerca de la hormiga. El hombre piensa que aquel insecto avanza ciego hacia el punto en que una de las piedrecitas lo aplastará. En el silencio sólo se oye el ruido del pequeño surtidor fortuito, a sus pies, y el chirrido del contenedor de material que se bambolea en lo alto, justo encima de su cabeza (José María Merino).

Estamos ante un microrrelato que juega con la focalización, hecho del que nos damos cuenta justo en la última oración.

La historia está contada por un narrador omnisciente que utiliza la estructura clásica de presentación, nudo y desenlace. En el inicio de la historia encontramos el ambiente narrativo que envuelve la trama; es un verano tórrido, pleno agosto, cuatro de la tarde, o dicho de otra manera: canícula, periodo vacacional y hora de la siesta, elementos que por su simple enunciación crean ya una atmosfera. La acción sucede, además, en una calle en obras y en una parada de autobús; los inconvenientes que apareja cualquier obra y la dichosa espera son los dos elementos perfectos para que haga su aparición el personaje de la historia. Se encuentra solo en la parada, no hay nadie más, solo él y el insoportable calor deslumbrante. Ahora llega el nudo: en ese ambiente aburrido, soporífero y solitario hace su aparición una hormiga, solitaria también, cuya vida peligra, a ojos del hombre que la está mirando, debido a la cercanía de un surtidor de agua roto que cae en la arena y levanta las piedras que podrían aplastarla irremediablemente. Read the rest of this entry »

Patadas al diccionario

Categoría (General, Las lenguas) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-03-2025

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Las voces extranjeras son una fuente inagotable de inspiración para enriquecer un idioma, un recurso simple y cómodo que, en general, goza del consentimiento del vulgo, poco atento a menesteres tan prosaicos. El español no es ajeno a esa afición y exhibe una alta querencia a la importación de términos procedentes de otros territorios. Si, en tiempos pasados, se nutría del francés, hoy lo hace del inglés, la lengua hablada en EE.UU., país que ejerce ─momentáneamente─ su hegemonía en todos los sectores ligados a la economía, la ciencia y la cultura.

El problema es que, en los últimos años, la irrupción de anglicismos en España ha adquirido proporciones alarmantes. Hoy es difícil leer un artículo en la prensa sin topar con media docena de neologismos, la mayoría de las veces, para expresar conceptos que se pueden enunciar con recursos propios del vocabulario hispánico. Y es un defecto que no solo cometen los periodistas de la prensa sensacionalista; abundan también en artículos de fondo firmados por intelectuales insignes y sesudos catedráticos.

Estaba yo el otro día tomando un café en el bar de abajo, cuando entró un ciudadano y se puso a mi lado en la barra. Pidió una Coca Cola light, sacó su teléfono móvil y marcó un número. No le presté demasiada atención hasta que le oí decir: “Es que tengo que ir al “barber shop”. Me quedé boquiabierto; era la primera vez que oía esa expresión. Me fijé en él, le eché unos treinta años; iba bien vestido, look discreto y ropa cool; por su hablar, deduje que tenía una cierta cultura. Eso no le impidió soltar un par perlas más: le habían invitado a un brunch (a medio camino entre el breakfast y el lunch) y, por la tarde, había quedado con alguien para hacer footing. Read the rest of this entry »

Microrrelato. Solemnidad de la berenjena

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-03-2025

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 Solemnidad de la berenjena
Tan rotundamente cardenalicia. Tan seca por dentro.
Catalina García García-Herreros

La actualidad religiosa y cinematográfica es la que nos ha llevado a la elección de este microrrelato, extraído de la antología Por favor sea breve 2. Nada más leerlo supimos que era él o ninguno.

Afirma Clara Obligado en el prólogo de ese libro que este relato está tan cercano al aforismo como a la greguería. Sin embargo, forma parte del mismo como un relato más, ejemplo concretamente de microrrelato generado a partir de una imagen. Este uso de la imagen como paratexto es muy habitual en la minificción, por su valor simbólico y porque nos permite contemplar de un solo golpe de vista el texto.

Lo primero que al lector le llama la atención además de la forma es el color. Ese tono tirando a violeta o morado lo relacionamos directamente con la vestimenta de obispos o cardenales. Catalina García, en un momento de la creación narrativa, probablemente ha percibido un chispazo, un destello imaginativo, y a renglón seguido ha puesto en palabras lo que la fruta le sugiere; esa eclosión es la base de todo. Read the rest of this entry »

Julián Ayesta. Helena o el mar del verano

Categoría (El libro y la lectura, Estafeta literaria, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-02-2025

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Estamos ante la historia de un amor de verano que huele a brisa marina y a arena mojada de las playas del Cantábrico. Sus escenas no desentonarían en un cuadro impresionista: bucólicos paisajes y almuerzos en el jardín llenos de luz, color y movimiento.

Situada en el Gijón de la preguerra civil, es una obra de un gran poder de sugestión y de un lirismo extraordinario; una joyita, que supone un oasis dentro de la literatura de la época.

Veamos el inicio para entender de qué hablamos:

El dulce de guinda brillaba rojísimo entre las avispas amarillas y negras y el viento removía las ramas de los robles y las manchas del sol corrían sobre el musgo, sobre la hierba suave y húmeda y sobre la cara de los invitados y de las Mujeres y los Hombres, que estaban fumando y riéndose todos a un tiempo. Y brillaban también las copas azules para el Marie Brizard y los cubiertos de postre. Y los lunares de luz ―los grandes persiguiendo a los pequeños― corrían sobre el mantel lleno de manchas moradas de vino y migas. Y por las tardes había corrida y los hombres tenían la cara y las mejillas y las narices brillantes. Y también brillaba el café, tan negro con cenizas de puro rodeando la taza.

El lector se queda extasiado ante el montón de detalles que le llena la retina de colores, olores y sabores; características estas expresadas por una peculiar voz infantil que aporta espontaneidad, ese tono apasionado y tierno a la vez y el ritmo, endiablado e imparable, con el que se vive todo cuando eres pequeño. Read the rest of this entry »

Microrrelato. La uña

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-02-2025

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El cementerio está cerca. La uña del meñique derecho de Pedro Pérez, enterrado ayer, empezó a crecer tan pronto como colocaron la losa. Como el féretro era de mala calidad (pidieron el ataúd más barato) la garfa no tuvo dificultad para despuntar deslizándose hacia la pared de la casa. Allí serpenteó hasta la ventana del dormitorio, se metió entre el montante y la peana, resbaló por el suelo escondiéndose tras la cómoda hasta el recodo de la pared para seguir tras la mesilla de noche y subir por la orilla del cabecero de la cama. Casi de un salto atravesó la garganta de Lucía, que ni ¡ay! dijo, para tirarse hacia la de Miguel, traspasándola.
Fue lo menos que pudo hacer el difunto: también es cuerno la uña.
La uña y otras narraciones (1972), Max Aub

Este fantástico microrrelato nos deja helados justo en el momento en que comienza la última frase, que es la que nos saca una sonrisa y aporta luz para entender el cuento. Read the rest of this entry »

María Moliner. Pasión por las palabras

Categoría (El oficio de escribir, General, Las lenguas) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 26-01-2025

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Diccionario

Esta es la primera palabra que se asocia al nombre propio de María Moliner (Paniza, Aragón,1900–Madrid,1981). Fue una mujer que compuso un gran diccionario, por su volumen y por lo útil que resulta: “Es un diccionario principalmente para escritores”. Durante toda su vida mantuvo su tenacidad y su laboriosidad.

Nos tenemos que retrotraer a 1951, fecha en la que decidió elaborar su titánica obra que le llevaría más de quince años. Todo empezó como un reto y como un refugio; al poco de instalarse en Madrid comenzó a redactar sus fichas: miles, escritas a mano o con la ayuda de su famosa Olivetti, que fueron invadiendo todos los rincones de la casa, hasta convertirse en un miembro más de la familia.

Su hijo Pedro contó cómo trabajaba: “Un día se levantó a las cinco de la mañana, dividió una cuartilla en cuatro partes iguales y se puso a escribir fichas de palabras sin más preparativos. Sus únicas herramientas de trabajo eran dos atriles y una máquina de escribir portátil, que sobrevivió a la escritura del diccionario. Primero trabajó en la mesita de centro de la sala. Después, cuando se sintió naufragar entre libros y notas, se sirvió de un tablero apoyado sobre el respaldar de dos sillas”. Su marido fingía una impavidez de sabio, pero a veces medía a escondidas las gavillas de fichas con una cinta métrica y les mandaba noticias a sus hijos. En una ocasión les contó que el diccionario iba ya por la última letra, pero tres meses después, con las ilusiones perdidas, les dijo que había vuelto a la primera. Read the rest of this entry »

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