El cuento de aventuras

Categoría (General, Taller literario) por Ana Merino y Ane Mayoz el 05-04-2022

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Unida a la palabra “aventura” asociamos más el término “novela” que el de “cuento”. Libros clásicos como La isla del tesoro, Moby Dick o Robinson Crusoe son buena muestra de ello. Y esto ha sido así desde los orígenes, puesto que esta es sin duda una de las formas más antiguas dentro de la narración. No olvidemos que, si nos referimos a La Odisea o La Ilíada, estamos hablando, de algún modo, de una novela de aventuras.

En este tipo de escritos, el protagonista planta cara a muchas vicisitudes. Habrá casos en los que no parará de sortear peligros, de sobrevivir a todo tipo de emociones. Es posible que atraviese mares, ríos, incendios, desiertos, montañas escarpadas, selvas… Puede que en su camino se encuentre con indios, náufragos, piratas, asesinos, ladrones…

Por todo lo mencionado, el peligro de este tipo de narrativa es la extensión. La causa principal es que se requiere variedad de situaciones y anécdotas, y esto mismo hace que el relato se alargue y sobrepase el volumen y la estructura del cuento.

A la hora de escribir una historia que contenga esta temática, te vendrá bien tener en cuenta un guion que te ayude a estructurar la historia y te limite. Tienes que pensar que en un cuento no puedes excederte con la cantidad de personajes. Opta por un número reducido para que te den juego. No te extiendas en describirlos; en su lugar, sírvete de unas pocas características para singularizarlos.  Sitúalos en un espacio determinado y defínelo bien, descríbelo detalladamente para que el lector se ubique en él: su situación, su orografía, su clima, los peligros que ofrece… serán básicos; en este tipo de historias, en muchas ocasiones, el espacio narrativo será otro protagonista más. Ten claro por qué o para qué fueron a ese lugar. Te vendrá bien que se pierdan: cuenta cómo se pierden, qué medios de supervivencia tienen, cómo solucionan su situación…

Sin duda, un lenguaje preciso te ayudará a contar lo necesario. Busca los sustantivos concretos, específicos. No abuses de los adjetivos, úsalos únicamente para dar información. En tu historia va a predominar la acción, por lo tanto, abundarán los verbos. Rebusca en el diccionario el verbo adecuado a lo que tú quieres indicar.

Insistimos, aún a riesgo de repetirnos, que antes de escribir una historia de aventuras, es conveniente tenerla muy bien perfilada, crear un esquema que te ayude a ir pisando donde debes, sin miedo a caer en ninguna trampa.

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