El diario. Segunda parte

Categoría (General, Taller literario) por Ana Merino y Ane Mayoz el 06-03-2021

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Es aconsejable escribir un diario pensando en que nadie va a leerlo. De este modo, será más fácil que salga a la luz lo íntimo, lo más personal y así alcanzar la base de todo diario: el diálogo del escritor con su otro “yo”.

Franz Kafka, consciente de su enfermedad (tuberculosis), mandó a su mejor amigo quemar sus obras y, por supuesto, su famoso diario en cuanto él muriese. Afortunadamente para todos nosotros, no lo hizo. Gracias a sus diarios le conocemos en profundidad, puesto que describen la cotidianeidad y la resignación de un modo muy rico, literariamente hablando. Resulta impactante ver, a través de ese diario, a un individuo que nunca ha publicado y que, sin embargo, siente que el sentido de su existencia es escribir. Se nos muestra a un genio que, con sus adversidades y preocupaciones de cada día, generaba en su mente obras maestras por las que nunca se sintió valorado y que se quejaba cuando no escribía: para él un día sin escribir era un día perdido. Kafka murió inédito, y hoy en día La Metamorfosis o El Proceso son clásicos de la literatura universal.

Además de que nos da a conocer a la persona con todas sus debilidades, el diario sirve también para mostrar la época en la que vivió esa persona. Los diarios enseñan la perspectiva social, el contexto geográfico e histórico en el que se encuentra su autor. El diario de Ana Frank, por ejemplo, nos concede la oportunidad de tener información detallada sobre su biografía, así como de la barbarie nazi como víctima y testigo. Podemos llegar a la conclusión de que el diario es una historia en la que el escritor se cuenta a sí mismo una historia de la que él es protagonista indiscutible.

Hoy en día es difícil distinguir entre blog y diario, ya que mucha gente considera que un blog es, en cierta manera, un diario en internet. Pero el término diario se sigue refiriendo a su acepción tradicional. El diario es ese cuaderno doblado y manido en el que su autor, cada día, escribe a bolígrafo lo que él considera relevante de todo lo que le ha ocurrido durante el día. Es un documento de autoconocimiento, de retrospectiva, una obra extremadamente íntima y sincera. Es, en resumen, un libro por y para uno mismo.

Para alguien que quiera empezar a escribir un diario, aquí van unas pautas que pueden ser de ayuda:

1.- La propia vida le parece extraordinaria, es la mejor historia que puede narrar jamás.

2.- Un diario es una historia intimista; en él, la objetividad y la sinceridad son cualidades contrapuestas. Se cuenta que el novelista ruso Leon Tolstoi escribía tres diarios. Uno para que lo leyera su mujer, que lo dejaba en un lugar visible de su casa. Otro que pensaba mandarlo publicar póstumamente, que tenía escondido en su habitación. Y otro del que no se desprendía nunca, siempre lo llevaba encima escondido en su bota derecha, en el que ponía sus pensamientos más íntimos.

3.- El diario debe reflejar parcialmente la vida del escritor, o lo que le haya parecido más importante. Si no ha sido un día fuera de lo normal, pero tiene ganas de escribir, quizás lo apropiado es reflejar su estado de ánimo, y explicar por qué el día le ha parecido aburrido, o su visión sobre la monotonía, la rutina…

4.- Los jóvenes y futuros escritores se han servido de un diario para apuntar sus inquietudes literarias. Por ejemplo, el famoso escritor Ernest Hemingway escribía algunas de las cosas que le ocurrían, que podían ser el argumento de una novela. Virginia Woolf plasmaba en ellos sus avances con sus obras y mostraba su regocijo cuando terminaba una novela.

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