El poder de la información

Supongamos que mandan a un periodista a cubrir una charla de un autor de prestigio. Supongamos que el tema de la charla no se toca más que de refilón. Supongamos, también, que para escribir el artículo echa mano de sus mejores dotes de redacción. Imaginemos, ahora, que nosotros hemos asistido a la misma charla y al día siguiente leemos ese artículo, lo que provoca que, en nuestro estado de ánimo, se genere una reacción en cadena: sorpresa, incredulidad, consternación, auto convencimiento y, al final, enfado.

Sorpresa, porque con solo cuatro datos, pero bien distribuidos y en párrafos perfectamente desarrollados, ha expuesto el tema.

Incredulidad, ya que no se puede expresar mejor; ha puesto en práctica todas las tácticas narrativas:

  • Palabras exactas y buena ortografía para dejar una magnífica impresión.
  • Ideas organizadas y expresadas de modo claro, evitando así confusiones y malos entendidos.
  • Correcta distribución de la información. Una cosa por frase, párrafos cortos y puntos y aparte bien dispuestos para distinguir un asunto de otro, un momento de otro.

Después llega la consternación; es imposible hacerlo mejor:

  • La información es unitaria. Trata solo de un asunto que tiene diversas facetas, a modo de poliedro, pero que compone un todo. No se dispersa en cuestiones diferentes, pues se juega la coherencia.
  • También es completa, no le falta nada: la hora y el lugar en que todo ocurrió, su protagonista principal bien descrito, los detalles de cómo se comportó… Está expresado de una forma natural y sencilla; hasta alguien con un nivel básico entendería el mensaje.
  • Y no deja ningún cabo suelto, lo que termina lo empieza.

Llegados a este punto, aparece el auto convencimiento. Inmersos como estamos en un endiablado ritmo de vida, pendientes de varias cosas a la vez, quizá no prestamos atención y solo escuchamos la mitad de la charla, quizá nos ausentamos mentalmente y el periodista esté en lo cierto. El recién aceptado neologismo de la posverdad acaba de aparecer en nuestras vidas: distorsionamos deliberadamente la realidad, a partir de la lectura del artículo, y nos convencemos de que lo que allí aparece es real y así lo convertimos en cierto.

Pero nosotros estuvimos allí. El enfado acaba de hacer su aparición. Sabemos lo que allí se dijo y lo que no, y a renglón seguido nos entra el pánico cuando caemos en la cuenta de que todavía puede ser peor, ya que la forma en que lo narra el periodista hace que terceros que no estuvieron en esa conferencia se lo crean y vivan como verdad indudable algo que es una pura percepción.

Empate técnico. Ambos sabemos lo que en aquella charla ocurrió y ambos estamos seguros de ello. Lo dejamos en manos del narrador googlescente: “porque uno de los primeros deberes del periodista es informar de manera veraz”. Ah claro. Ahí está el problema.

En este caso hemos utilizado un evento de carácter cultural, donde no hay en juego nada importante para el espectador. Pero ¿y si se tratara de una información transcendental para los ciudadanos? ¿Dónde queda la responsabilidad del informador? ¿Dónde está la ética de la transmisión honesta de los hechos y el rigor en la redacción de una noticia?

Vamos a terminar con unas palabras de Jean Louis Servan-Schreiber, presidente del grupo periodístico L’Expansión ―revista de economía francesa fundada por él en 1967―, un especialista en medios de comunicación y un estudioso de economía aplicada a las empresas de prensa. En una entrevista a El País afirma:

”… se olvida que lo que importa es el contenido y la calidad de lenguaje y de estilo. Este problema se hace patente sobre todo en la prensa escrita: la mayor parte de los periódicos actuales se editan no para informar, sino para distraer, y es un hecho que cada vez existen menos periódicos de calidad, que son los propiamente informativos. La información del futuro sólo puede construirse sobre la calidad de los profesionales y de los periódicos y del profesionalismo y la honestidad de los periodistas”.

Y es que, a día de hoy, el poder de la información está en sus manos.

El poder de la información comentarios en «11»

  1. Buenos días.
    Estoy de acuerdo que mucha parte de la información que nos llega por los medios de comunicación es incompleta, pero también hay que tener en cuenta que ésta se mueve por hilos corruptos como son la politiquería y otras entidades iguales. Nosotros tenemos dos caminos: escucharlos y tener una información incompleta o no escucharlos.

  2. Perdónenme si les digo que el art. es muy superficial.
    «Empate técnico. Ambos sabemos lo que en aquella charla ocurrió y ambos estamos seguros de ello».
    Empate técnico, no, el periodiata es un profesional de su trabajo y el público no. Otra cosa es que lo haga mejor o peor porque no es un trabajador por cuenta propia sino por cuenta ajena y trabaja para un medio con intereses detrás. El periodista que va a la presentación de un libro y a otros actos no hace lo que quiere sino lo que le dejan. Como la mayoría de las editoriales llamadas relevantes, que están vinculadas a intereses de todo tipo, los medios tienen líneas editoriales como esta web la tendrá también.
    Me ha parecido oportuno contestar porque no se puede plantear algo tan serio de una forma tan a la ligera.
    Gracias por sus informaciones, buenas fiestas y buen año.
    Saludos.
    Ramón Reig

  3. MUY BUENO, MANU. ACTUAL Y VERAZ,
    LEYENDO, OBSERVANDO Y ANALIZANDO CÓMO SE PUEDE DISTORSIONAR LA VISIÓN REAL, LLEGANDO A CONFUNDIR A LOS MISMOS TESTIGOS DE UN HECHO. DESCUBRIMOS QUE ASÍ SUCEDE A DIARIO EN LAS INFORMACIONES Y SE LO JUSTIFICA CON AQUÉLLO DE QUE «VEINTE PERSONAS PRESENTES EN UN ACCIDENTE DARÁN VEINTE VERSIONES DIFERENTES DE LO SUCEDIDO, PORQUE CADA UNO TIENE UNA VISIÓN SUBJETIVA QUE LO LLEVA A DISTORSIONAR LO QUE VE» Y ESTAS TERGIVERSACIONES PERIODÍSTICAS QUE RESPONDEN A UNA INTENCIONALIDAD, LO HACEN DE MANERA CONSCIENTE, NO SUBCONSCIENTE COMO EN LO SOSTENIDO ANTERIORMENTE.
    GRACIAS POR EL ENVÍO.
    FELIZ AÑO 2018.

  4. Ante la realidad, la verdad y las aproximaciones a ellas en lo ontológico y epistemológico hay un camino largo, ancho y profundo como el Océano Pacífico en el que lo mejor que se nos puede ofrecer o podemos ofrecer en cualquier ámbito de la comunicación desde el Informe de Laboratorio, pasando por la cátedra, el consultorio, la conferencia, el foro, seminario o libro, reportaje o entrevista será siempre una aproximación o introito, prólogo, bosquejo, esquema de la realidad o verdad a comunicar. Por eso se cae en el derrumbe de la información o credibilidad de los medios y periodistas. Es un «problema ontofilogenético» de la información. No tiene otra solución que manejar lo que nos llega con criterio científico, filosófico, poético y humorístico. Yo he aplicado un lema o regla: LSD-SP que aprendí en 1971 cuano el LSD era la droga de moda. Lema Siempre Dudo- Siempre Pregunto. Tengo en mi mente siempre una lista de doce preguntas entre otras: Quién? Para qué? Cómo? Cuando? Dónde? Por qué? Quién paga? Quién ordena o manda? Con qué y desde cuándo lo hace la fuente, el mensaje, el medio y el mensajejo? y siempre Qué piendo y decido hacer con esto yo….

  5. La corrupción es lo
    Peor que hay tanto
    Político como social
    Vaya a saber uno
    Donde quedó la moral
    De esos hombres que
    Cometen semejante error.

    La corrupción se ve
    Todos los días,
    Algunos los reconocen
    Y otros se hacen rogar
    Para poder encontrar
    El principio del asunto.

    La corrupción por lo
    General tiene malas
    Compañías y más,
    Cuando se trata de
    La droga y de lavado
    De dinero.

    La corrupción es
    Mala compañia
    En todos los puntos
    De vista, aunque la
    Corrupción ya es
    Mal vista
    En todo sentido.
    Maria del Pilar Flores Sorroche (Argentina)

  6. La gran Mayoria ;salvo alguna rara excepción, escriben con los 5 jinetes del apocalipsis literario, mala ortografía, desinformación , sesgo de información , tendenciosos y mal intencionados, y encima de ello, se sienten dueños de la verdad absoluta, autonombrandose, como OPINION PUBLICA, no se dan cuenta que su trabajo es publicar HECHOS Y OPINION, pero mientas se digan escritores o periodistas, jamas formaran parte de la opinion del pueblo. saludos desde Tabasco.

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