La biografía. Segunda parte

Categoría (General, Taller literario) por Ana Merino y Ane Mayoz el 06-12-2021

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Tipos de biografía

1.- La biografía documental. Intenta reconstruir, lo más fielmente posible, la vida del personaje. Aunque no olvidemos que toda vida siempre guarda algún secreto y que, por más documentación que recojamos, siempre será parcial. Hay que tener cuidado para que la simple enumeración de datos no acabe aburriendo al lector, salvo que este busque ese objetivo únicamente.

2- La biografía novelada. Debe ser fidedigna y respetar los datos verídicos, desde cualquier punto de vista que se cuente. Pero el autor, además, interpretará los hechos y comunicará su interpretación al lector. Teniendo esto en cuenta, ya sabemos que para el mismo hecho hay diversas interpretaciones, por lo que cada biógrafo deberá aclarar la suya.

Cómo se escribe una biografía

Escribir una biografía es hacer un recorte, una elección. La biografía, al ser vida escrita, no traslada al papel la huella exacta del paso de alguien por el mundo, sino una parte y una interpretación. Esa parte, esa selección dependerá de la interpretación. Se recorta un momento, un periodo, una serie de episodios… y el resto queda en la sombra. A veces, se le obliga a hacer o decir al personaje más de lo que dijo o hizo. Como siempre, todo está en función del punto de vista del narrador. Esto es así, aunque el punto de partida sea una persona y unos datos verídicos. De hecho, nos encontramos en muchos casos con biografías de la misma persona, escritas por diferentes autores, que se contradicen o se parecen apenas en mínimos aspectos.

Antes de comenzar a escribir una biografía, se debe reunir muchísima información sobre el biografiado. Para ello conviene elaborar previamente un plan de investigación que recoja las fuentes para consultar la documentación escrita: correspondencia, diarios íntimos, apuntes personales, periódicos de la época, biografías de otros autores… Posteriormente, vendrá el momento de organizar toda esa documentación reunida.

El enfoque

Escribir una biografía desde un punto de vista determinado es encontrar una coherencia entre todo el material reunido y reflejar un crecimiento desde el principio hasta el final. La biografía puede mostrar el perfil del biografiado de una vez o puede ir presentándolo poco a poco. Pero lo importante es hacerlo de modo imparcial, tanto al mostrar los aspectos más brillantes como los más oscuros del personaje. No es lo mismo escribir la biografía de personas del presente, vivas, que de figuras del pasado.

El punto de vista puede ser único o múltiple; si es múltiple se presenta al protagonista desde la visión de más de un personaje.

Con respecto al lenguaje, se debe tener en cuenta el lenguaje de la época y la mentalidad de entonces. Por ejemplo, cerciorarse de que la terminología empleada corresponde a dicha época, de que existía realmente en ese momento. El lenguaje de la actividad desarrollada por el biografiado también se puede incorporar al texto.

Hay que tener presente al lector a quien va dirigida la biografía y recordar que, a veces, es un género que provoca cierta curiosidad malsana, como ocurrió con la de las hermanas Brönte.

Cómo iniciar una biografía

No hay reglas para afrontar el inicio de una biografía. Son variados los enfoques. Veamos algunos ejemplos que se refieren a comienzos de biografías de personajes relevantes:

La de Vladimir Nabokov, escrita por Brian Boyd: “Vladimir Nabokov a quien desarraigaron tanto la revolución rusa como la segunda guerra mundial (…). A Nabokov le importaba apasionadamente la familia, pero la posición social le tenía sin cuidado.” El autor continúa con la “leyenda” familiar y los años rusos del biografiado; se centra en el marco histórico. El libro está estructurado de acuerdo con los distintos lugares geográficos a los que Nabokov perteneció.

La de Marilyn Monroe, escrita por Donald Spoto: “El bisabuelo materno de Marilyn Monroe fue (…) nacido en Illinois, del matrimonio formado por (…). A sus doce años era (…) ”. Se incluyen fotos, anécdotas, testimonios. El libro tiene una estructura cronológica.

La de Wittgenstein, escrita por RayMonk: ¿Por qué debería decir uno la verdad si puede serle beneficioso decir una mentira?  “Éste era el tema de las primeras reflexiones filosóficas de Wittgenstein de que tenemos constancia. Más o menos a la edad de ocho o nueve años, hizo una pausa en algún umbral para considerar la cuestión. Al no encontrar ninguna respuesta satisfactoria, concluyó que, después de todo, no había nada malo en mentir en determinadas circunstancias (…). En cierto aspecto, el episodio es característico de toda su vida”.

La de de Hemingway escrita por Anthony Burgess: “(…) La verdad es que Hemingway nunca fue un corresponsal de guerra demasiado bueno. Su talento de escritor de ficción lo impulsaba a inventar, organizar la realidad en estructuras estéticas, cultivar el `impresionismo´ con que Ford Madox Ford aconsejaba a los escritores pasar de la ficción a la vida real. La verdad, según Ford, no eran hechos, sino visión, una opinión que justificaba la supresión y distorsión de los hechos, lo que la gente normal llama mentir. Los jefes de Hemingway, en aquel momento, querían conocer los hechos de la guerra de España y Hemingway les enviaba una especie de media ficción en la cual él era el personaje principal. Sus reportajes, tanto de la guerra de España como de la que siguió inmediatamente, todavía se pueden leer, pero se deben leer en la forma en que se lee su obra de ficción abiertamente confesada. Para Hemingway, en sus años de madurez y fama, por oposición a aquellos otros más concienzudos, cuando se ganaba la vida como periodista, el reportaje de guerra era claramente una forma menor de literatura, que no había recibido los trazos superiores que reservaba cuidadosamente para su creación más importante (…)”.

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