Los 6 consejos de Asimov

Categoría (Consejos para escritores, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 16-11-2019

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Isaac Asimov (Petróvichi, Rusia, 1920-Nueva York, 1992) fue, además de doctor en química, un autor prolífico. Aunque escribió sobre física, mitología, historia, literatura, e incluso sobre la Biblia, es más conocido como autor de ciencia ficción. No es fácil de entender cómo, en la era de la especialización, pudo alcanzar tal grado de erudición sobre materias tan diferentes. Escribió también una autobiografía que le ha servido a Charles Chu para acercarse a su metodología y sacar estas conclusiones que, a modo de consejos para escritores, fueron publicadas en inglés el 17-01-2017 en el blog de Quartz, cuya traducción apareció poco después en el blog de Libropatas.

1.- Nunca dejes de estudiar. Se estima que Asimov escribió 429 libros. Fue un lector insaciable y un curioso empedernido que se atrevió a explorar hasta veinte disciplinas diferentes. Su interés por la ciencia que nació a su paso por en la universidad, le acompañó hasta el final de su vida. “El título universitario no es el objetivo final, tan solo el principio de la carrera decía.  Lee mucho, lee de todo, investiga todo lo que provoca tu curiosidad y nunca pierdas el anhelo de saber”.

2.- No te preocupes si te quedas bloqueado. Asimov reconoce que se ha sentido bloqueado en muchas ocasiones: “Cuando estoy trabajando en una novela de ciencia ficción, a menudo siento hastío y no soy capaz de escribir una palabra más”. Quedarse bloqueado alguna vez es lo habitual. Lo que sucede después es lo que importa, lo que marca la diferencia entre un profesional y un aficionado. Asimov nunca se abatió cuando el síndrome le asediaba; su remedio era de lo más simple: dedicarse a otra cosa, escribir un artículo, un ensayo, una historia corta o un texto de no ficción. Al volver a su novela, se encontraba fresco y con plena capacidad para escribir de nuevo. El cerebro funciona de manera misteriosa: al desatender el problema que te ocupa, el subconsciente trabaja activamente para buscar la solución.

3.- El miedo es el gran enemigo de la creatividad. Todos los que realizan una actividad creativa (ya sean empresarios, escritores o artistas) conocen el riesgo que supone dar forma a las ideas. Parir un arquetipo implica someterse a la crítica y exponerse al rechazo de millones de ojos que lo van a contemplar: “Cuando escribo un artículo, tengo un miedo enorme a los comentarios, incluso hasta de leer la correspondencia…”. Es normal —y hasta provechoso— que un escritor se sienta insatisfecho con lo que escribe: ¿El juicio es sensato? ¿Se interpreta el significado? ¿La frase está bien construida? ¿Se entendería mejor de otra manera? Siempre ha de estar corrigiendo, probando otras formas de expresión y, aun así, nunca quedará complacido. Pero no conviene llegar al perfeccionismo. A fin de cuentas, ser creativo no significa ser infalible.

4.- No seas demasiado ambicioso. Asimov estaba en contra del perfeccionismo. Hacerlo todo bien a la primera es un gran error. Nadie ha sido capaz de conseguir el premio Nobel al primer intento. Crea primero un boceto, trabaja sobre él y perfecciónalo, pero no aspires a que sea siempre una obra de arte, aunque luego lo resulte. Sé modesto y no te pongas unas metas demasiado ambiciosas, bastaría con que te guste lo que has escrito. Si fracasas una vez, no pasa nada. Lo importante es analizar por qué has fallado, corregir los errores y volver a empezar. Esa es la fórmula para tener éxito.

5.- Diversifica tu actividad productiva. Para luchar contra el perfeccionismo, Asimov sugiere ocuparse en varias tareas de manera simultánea. Un escritor que, como él, publicaba un libro cada pocas semanas, no tiene tiempo de preocuparse de cómo ha sido recibido el último, ya que está inmerso en el siguiente y a él dedica todos sus esfuerzos: “Por eso trato de escribir varios artículos a la semana sobre temas diversos, en lugar de dedicarme exclusivamente a construir la obra perfecta”. Así, el fracaso duele menos.

6.- El condimento secreto. Una vez, un escritor con problemas le preguntó: «¿De dónde sacas tus ideas?». Y su respuesta fue: “de pensar, pensar ypensar… hasta que estoy a punto de suicidarme. ¿Acaso crees que es fácil tener una buena idea? Nadie dijo que tener ideas es fácil. Si lo fuera no valdría la pena pensar”.

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