Margaret Atwood. Consejos para escritores de ficción
Categoría (Consejos para escritores, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 15-05-2020
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«Me resulta imposible dar consejos generales a los escritores noveles», dijo Margaret Atwood (Ottawa, 1939) a un pequeño grupo de estudiantes universitarios de inglés. Sin embargo, ofreció un consejo a todos los escritores: «Intenta escribir todos los días, aunque lo que escribas sea horrible. Si persistes, ya te llegará la inspiración”.
En el invierno de 2010, parafraseando las diez reglas de escritura que Elmore Leonard había publicado en The New York Times una década antes, otro diario, en este caso The Guardian, pidió a varios escritores reputados que elaboraran un decálogo de consejos para escribir obras de ficción. Los que propuso la escritora canadiense rezuman un cierto tono de ironía; no ignora que los consejos de los triunfadores no sirven para nada:
1.- Si viajas en avión, lleva un lápiz para escribir. Con la pluma estilográfica, corres el peligro de que se derrame la tinta en el despegue. Con el lápiz, no tendrás ese problema, aunque si se le rompe la mina, no podrás afilarlo, porque las navajas están prohibidas. Para eso, lleva otro de repuesto.
2.- Y si la mina del segundo también se rompe, podrás afilarlos con una lima de uñas.
3.- Lleva siempre algo donde escribir; lo mejor, el papel. Pero en caso de apuro, un trozo de madera puede servir e incluso tu propio brazo.
4.- Si utilizas el ordenador para escribir, no te olvides de hacer copias de seguridad de lo que vas redactando.
5.- Ejercita tu espalda. El dolor limita el entusiasmo.
6.- Trata de mantener la atención del lector (lo conseguirás mejor si conservas la tuya al escribir). Al no saber quién será ese posible lector, la tarea es complicada, casi como pescar con un tiragomas en la oscuridad.
7.- Necesitarás un diccionario, una gramática y conocer el mundo que te rodea. Escribir es un sacrificio y también una apuesta. El éxito no está asegurado. Y nadie te va a ayudar; estás solo ante el peligro. Tú tomaste la decisión; no te quejes.
8.- No juzgues tu libro con el sabor agradable que te dejó la relectura de esa deliciosa primera página. La autocrítica difícilmente será imparcial. Lo mejor será que pidas a uno o dos amigos lectores que te den su opinión antes de enviar el manuscrito al editor. Es preferible que no sean amigos de verdad, a no ser que quieras romper con ellos.
9.- No eches la toalla antes de tiempo. Si te bloqueas en la redacción, vuelve al lugar en el que te quedaste atascado y busca otro camino: cambia los personajes; cambia el ritmo; cambia la primera página.
10.- Rezar puede funcionar; leer alguna otra cosa, también. O contemplar el santo grial como símbolo radiante de lo que sería tu libro en el escaparate.
En un relato, a veces, cuando comienzas tienes unas estupendas vibraciones y la escritura fluye un buen rato y casi lo tienes. En otras ocasiones, comienzas y enseguida aprecias que no te está gustando. A lo mejor, releyendo puedes rectificar y continuar. Si no es así, yo lo suelo dejar, romper la hoja, sacar otra nueva y empezar de nuevo, a continuación, al rato, o a los dos días.