Un santuario para los amantes de los libros
Categoría (Cultura y democracia, El mundo del libro, General) por Manu de Ordoñana el 08-12-2013
Tags : decalogo-del-perfecto-cuentista, el-sabio-amable-de-concord, encarar-el-acto-de-escribir, la-madurez-del-otoño, paisajes-literarios, primero-leemos-despues-escribimos, vivir-de-rodillas
El pasado 30 de noviembre tuve la suerte de presentar mi segunda novela “Vivir de rodillas” en el “Euzko Etxea” de La Plata (Argentina), lo que me permitió visitar ese maravilloso país. Fue un viaje rápido, tan sólo una semana, pero con tiempo suficiente para ver cumplida una de las pocas ilusiones que todavía uno conserva para subsistir en ese tránsito de la madurez del otoño al gélido invierno de la nostalgia: visitar una de las librerías más importantes del mundo.
El Ateneo es la primera cadena de librerías de Argentina. Creada en 1912, posee 34 tiendas repartidas en todo el territorio. La joya de la Corona es “El Ateneo Grand Splendid”, ubicada en la calle Santa Fe 1860, en pleno centro de Buenos Aires, en un hermoso edificio que antes había sido teatro. Su construcción se inició en 1917 sobre los cimientos del que fuera “Teatro Nacional Norte” y se inauguró en mayo de 1919, en la zona conocida entonces como «el Saint Germain porteño». Estaba considerado como el cine-teatro más lujoso de Buenos Aires; por él desfilaron grandes personalidades del tango como Ignacio Corsini, Roberto Firpo y Carlos Gardel.
Pero la crisis económica y social que agitó el país al finalizar el siglo pasado hizo que muchos edificios históricos de la ciudad tuvieran que reconvertirse a usos más vulgares. Uno de los pocos que conservó su noble misión de alentar la cultura fue éste, que se reabrió en el año 2000. La librería conserva el antiguo esplendor del teatro, con la cúpula decorada con frescos, los balcones originales, la ornamentación intacta y hasta el telón de terciopelo de lo que fue escenario, en el que han instalado una elegante cafetería con un piano que ameniza la velada a determinadas horas del día para acompañar con música la lectura.
Cuenta con más de 120.000 mil títulos sobre una superficie de 2.000 m2, recibe una media de 3.000 personas cada día y vende más de 700.000 volúmenes al año. Dispone de varios espacios para la lectura, con cómodos sillones para sentase a leer cualquier libro sin obligación de comprarlo, tanto en lo que fuera la platea como en los antiguos palcos. Una escalera mecánica conduce al subsuelo en el que funciona un sector dedicado a los libros infantiles y otro dedicado a la venta de música. El piso superior está preparado para celebrar exposiciones. El diario británico “The Guardian” la eligió en 2008 como la segunda librería más bella del mundo por su arquitectura, tras la Boekhandel Selexyx Dominicanen que funciona en una iglesia gótica del siglo XIII en la ciudad de Maastricht.
Pues allá me fui al día siguiente de mi llegada y allí pasé una inolvidable mañana, rodeado de libros dispuestos en estanterías pulcras, ordenadas por el género de la obra y el país del autor, en un ambiente sosegado en el que apenas se oye la música de fondo, como un susurro que te adormece, un lugar pleno de armonía que te invita al disfrute de la paz interior, al reencuentro con uno mismo.
Uno de mis objetivos era hacerme con un libro que faltaba en mi biblioteca para, con el Martín Fierro, disponer de las dos obras más representativas de la literatura gauchesca: “Don Segundo Sombra”, de Ricardo Güiraldes (1886-1927), con la que el autor consigue recuperar “el alma argentina” al poetizar el mundo rural frente a la modernización que estaba experimentando el país a principios del siglo pasado. No me fue difícil encontrarlo en la sección de literatura argentina, donde además descubrí otros títulos que fueron ocupando mi morral: “Vida de Juan Facundo Quiroga”, de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), maestro de profesión y presidente de la nación entre 1868 y 1874; “El payador”, de Leopoldo Lugones; “El escritor y sus fantasmas”, de Ernesto Sábato; “El crimen de otro”, de Horacio Quiroga (1878-1937), uno de los primeros autores que analiza los aspectos técnicos de la narrativa breve (su “Decálogo del perfecto cuentista” está considerado como una de las mejores recetas para escritores diletantes); y otros hasta completar la docena.
Uno de ellos me llamó la atención: “Primero leemos, después escribimos. El proceso creativo según Emerson”, de un tal Robert D. Richardson. Y despertó mi curiosidad porque, durante el viaje de ida, leí de un tirón “Figuraciones mías”, que acaba de publicar Fernando Sabater (Donostia, 1947), y me acordé de que dedica un capítulo ─bajo el título “El sabio amable de Concord”─ a descubrir la obra de Ralph Waldo Emerson (1803-1882), un autor norteamericano del que nunca había oído hablar y que Sabater ensalza como “rapsoda especulativo cuya propensión declamatoria y elegíaca tenía más que ver con la caricia sentenciosa de las palabras que con el rigor de los conceptos”.
Concluída mi compra, me acerqué a la cafetería de la librería, me senté a una mesa, pedí un café cortado ─20 pesos, alrededor de 1,80 euros, al cambio en el mercado paralelo─ y comencé a hojear esta obrita de Richardon ─93 páginas con letra grande─ que nos revela a Emerson como escritor y como lector. No sólo aborda sus textos clásicos, sino también las páginas menos conocidas, que son precisamente las que echan luz a su concepción sobre la relación entre la escritura y la lectura. Desde el primer momento, captó mi interés la serie de consejos ─y de sorpresas─ que Emerson propone para encarar el acto de escribir: “El talento solo no basta para hacer un escritor. Detrás del libro debe haber un hombre”. Lo he terminado de leer y estoy haciendo un resumen que me servirá para componer el próximo artículo.
Y no puedo cerrar esta crónica “argentina” sin hacer mención a una entrevista que me hicieron el 27 de noviembre de 2013 en una radio independiente de Buenos Aires, que transmite por Internet en el sitio “nadieteve.com.ar”. El programa se llama “Paisajes literarios” y se emite todos los miércoles a las 19 horas locales. Su conductor es Gustavo Ariel Defranchi, un personaje peculiar ─es invidente─ que disfruta de poderosas habilidades para cumplir con éxito su misión, con el apoyo de tres colaboradores, todos ellos, aficionados, no cobran salario alguno y no admiten publicidad, se financian con lo que sacan en pequeñas fiestas que organizan de vez en cuando. Todo un ejemplo de altruismo, vocación cultural y convicción en la capacidad del ser humano para alcanzar los objetivos que se propone.
Estimado Manu: muchas gracias por compartir Ser Escritor y en él su categórico artículo sobre la librería que muy bien la define como un santuario…Le deseo éxitos con Vivir de rodillas y quedo a sus órdenes…Un gran abrazo desde El Chorro, Oeste de la provincia de Formosa, República Argentina (C.P.3636)
Muy interesante, sobre todo, los antecedentes históricos. Gracias por compartir tu experiencia.
Excelentes comentarios.
Estuoendo¡
Un cordial abrazo.
Muy bueno el artículo, pues no solo tiene información interesante sino que intercalas información sobre tu texto cuya sinopsis nos invita a buscar el texto. Felicitaciones.
¡Mirá que bueno!
Desde Ceres, Santa Fe, Argentina
Muy interesante y en rigor de verdad, extremadamente bella y justa descripción para nuestro rincón de la cultura tradicional:EL ATENEO de Santa Fe 1860
buenisimo todo lo que compartis con tus lectores,felicitaciones,y adelante.
Gracias como argentina de tan bello comentario hacia la cultura de mi país. Yo vivo en la Patagonia, muy alejada de Buenos Aires, espero algún día poder leer su novela «Vivir de rodillas. Éxitos y mis saludos cordiales.
La magia de Buenos Aires es un tango (también hay un vino que se llama así, sabroso). En una próxima visita parada obligada en Café Tortoni.
Y leer en casa a Robert Arlt, Ricardo Piglia, Jorge Denevi, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Juan Gelman, Oswaldo Soriano, Alejandra Pizarnik, César Aira, Juan José Saer, Puig, Macedonio Fernández.
Muy interesante su artículo sobre la librería El Ateneo. Su descripción a sido excelente. Buenos Aires es una ciudad hermosa, con una dinámica urbana notable, por su tránsito y los lugares de parqueo. Estuve de tránsito en el 86 por dos semanas y me gusto mucho. Exitos en su libro.
Buenos Aires es la capital cultural del cono sur americano. No conozco la librería de Maastricht pero sí conozco la que está en la avenida Santa Fe y se me antoja que debería estar en primer lugar de esa lista elaborada por The Guardian.
Dicho esto, me permito una correción a tu artículo y, más que a él, a una costumbre bonaerense que a nosotros, los uruguayos, nos irrita y es la siguiente: colocan a Horacio Quiroga como perteneciente a la literatura uruguaya cuando en esencia es uruguayo, nacido en Uruguay. Algunos de sus cuentos transcurren en las Misiones ubicadas en territorio argentino pero eso no le hace menos uruguayo. Lo mismo ocurre con el creador del teatro rioplatense, Florencio Sánchez, que por no decir que es uruguayo le endilgan el patronímico «rioplatense» como si hubiera nacido en el medio del río más ancho del mundo.
Nada, no es por polemizar pero nosotros no decimos que Borges es un escritor uruguayo por más que tenga parientes orientales y haya pasado parte de su infancia en nuestro país.
Saludos
Una gran felicidad encontrar El Ateneo en su comentario, una catedral del libro en medio de Buenos aires, una isla fantástica donde se puede navegar por entre libros hacia un mundo soñado. Gracias por el guiño. Con afectos, Manuel
Gracias por contestar el email, van mis deseos de éxitos con su libro Vivir de Rodillas, desde un rincón de La Boca en Buenos Aires mis afectos
Vivo cerca de la librería «El Ateneo» en el barrio Norte de Buenos Aires y suelo ir allí con frecuencia.
El sábado 7/12, con motivo de mi cumpleaños, me regalé un tiempo para disfrutar de la lectura. Lo hice cómodamente sentada en uno de los palcos del antiguo Cine Teatro Gran Splendid, que acondicionaron para que los visitantes podamos deleitarnos con cualquiera de los libros que la librería ofrece.
¡Una verdadera maravilla!
Cordiales saludos:
Mª de la Fe Álvarez G.
(Psicóloga y Escritora)
http://www.mariadelafe.com.ar
Hola Manu, no se como me has contactado, pero me gusta tu forma de escribir, de transmitir. Este afecto por la librería Grand Splendid, es un relato muy sentido, y creo poder sentir tu misma experiencia de la forma en que lo describis.
Estos encuentros con uno mismo nos son muy gratos, muy propios, muy personales y con nuestra relación, creamos un vinculo casi sensorial con el sitio, como si se tratara de 2 almas que se comunican.
Veo que sos de San Sebastian y luego de haber leído tu relato, me animaría a recomendarte leyeras «la casa» de Mujica Lainez.
Bs As es estupenda desde muchos puntos de vista, pero sus construcciones parece que convivieran con los espíritus de sus moradores.
Las librerías son un sitio al que siempre acudo cuando viajo por allí, desde mi ciudad de Montevideo.
El Ateneo a veces me sobrepasa por sus dimensiones pero siempre hago un alto para tomar algo en su cafetería.
Eterna Cadencia es otra librería con alma propia que si no la conociste, seria una buena razón para regresar a Bs As.
Me he acercado a ti, a ver si algún día de estos entro en tu mundo literario y me zambullo en alguna de tus historia.
Acabo de terminar «almas grises» de Philippe Claudel que escribe maravillosamente, al mejor estilo William Faulkner que partiendo de su entorno tan localista, crea historias de lectura universal.
Tengo una gran deuda con mi rama fliar Firpo que tengo tan dejada de lado y que debo de rendirle culto, pues era el apellido de una de mis bisabuelas.
Recibe mis saludos.
Gracias querido Manu, por esta segunda publicación de tus novelas y por darme ánimos para publicar una propia.
Has tendido una mano fraterna y con ella intentaré hacerlo.
¡ Mucho éxito con «Vivir de rodillas» !
Desde Villa Gesell, en la costa atlántica argentina, te envío un fuerte y afectuoso abrazo.
Ana.
Así es el Ateneo, de verdad bello, tal como cuenta Manu, Sé de gente que en malos tiempos, estando desocupada, pasaba ratos larguísimos leyendo en la librería. En los frescos del techo se reproducen, en estilo neoclásico, la inspiración de las artes, y en particular del cine. Como siempre, muy buena crónica!
MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR TAN INTERESANTE ARTICULO. UN ABRAZO DESDE PUERTO WILCHES, COLOMBIA.
Manu:
Felicitaciones. Me encanto tu modo de narrar, lo que ves, lo que admiras y lo que te apasiona. «Los libros»
He quedado antojada de conocer, esta hermosa librería (tiene un parecido a mi sueño) Te deseo muchos éxitos con tu libro y de nuevo, felicitaciones, por haber tenido la gloria de lanzarlo en ese extraordinario santuario. de las letras. Un gran abrazo desde Colombia,
Eva margarita Escobar Sierra.
Realmente me parece un muy buen artículo, tanto como el resto de la página. Felicitaciones y saludos desde Uruguay!
Manú: Nunca he leído algo de ti… pero la crónica me parece estupenda, ¡de primera! Recibe un cordial saludo desde Veracruz, México.
Un placer, como siempre, leer tus sustanciosos artículos. Abrazos.
¡Qué envidia! querido amigo Manu.
Nos has puesto los dientes largos a quienes amamos esos lugares sagrados donde se rinde culto al libro.
Cuéntanos cómo es ese sitio, muéstranos fotos, llévanos al menos virtualmente a ese paraíso
Señor de Ordoñana:
Enhorabuena por la publicación de su libro Vivir de rodillas y la magnífica crónica de la librería donde fue presentado.
¡Qué maravilla de librería! Y qué magnífica descripción hace usted de ella.
Muchas gracias
Saludos cordiales,
Kalóniko
Apreciado Manu, te agradezco el interés que demuestras con los pobres ilusos que como yo, intentamos hacernos un hueco en el mundillo literario. Me parecen interesantísimos tus comentarios respecto a las auto publicaciones, que son afín de cuentas la única via para nosotros, los escritores noveles.
Recuerdo que me dirigí a ti pensando que eras un editor y te ofrecí mi obra El Techo del Mundo. En todo este tiempo he visto a menudo tus mails y de alguna manera han servido para sostener una ilusión en esta cadena de frustraciones que es el intento de publicación, pues siempre he reservado tus comentarios como una última via.
En esta ocasión te escribo para decirte que solo la tenacidad tiene éxito en esta vida. No cejar jamás en nuestro empeño nos sitúa por encima del resto de los mortales que se hunden en la desesperanza. Te digo esto porque por fin, mi novela antes mencionada se encuentra entre los tres últimos finalistas del premio Círculo de Lectores de novela 2013 y de alguna manera estoy agradeciendo a quienes me han animado de una u otra forma, a conseguir mi objetivo. Sé que no he ganado aún y que posiblemente no lo consiga, pero estar entre los tres mejores entre 240 ya es un éxito con el que ni había soñado.
Creo entender que tienes un foro de lectores a los que como a mí les mandas correos de ánimo, diles de mi parte que no se rindan, que sigan luchando, escribiendo, corrigiendo y pensando. Esto nos hace estar vivos.
Muchas gracias Manu en nombre de todos, si gano este certamen te lo haré saber.
Recibe un cordial saludo
Fernando Baztan
Gracias por incitarme a conocer el Ateneo Grand Splendid, en mi próximo viaje a La Plata, Argentina. Toda Argentina tiene un imán seductor, su tango, su cultura, el Gran Borges,
su gente culta, Martín Fierro, etc. Hasta luego Manu de Ordoñana.
Excelente presentación de un ícono de la cultura argentina, esta bella librería (EL ATENEO GRAND SPLENDID) que trajo hasta aquí bellos recuerdos de mi infancia, cuando era un ritual recorrerla.
En cuanto a los libros citados :»obligación leerlos»
Para los interesados en conocer más sobre el libro «Vivir de rodillas» de Manu Ordoñana, pueden ver su book trailer en el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?v=KWFhZaKI4NE&list=UUIugk-KJBHXSluan1NlzOow. Saludos cordiales y enhorabuena al autor.