La lectura en el siglo XXI
Categoría (Cultura y democracia, El libro y la lectura, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 27-06-2017
Tags : alfabetización-digital, fragmentos-textuales-vinculados, Google-dixit, lectura-digital-interactiva, Organización-textual-arborea
Cuánto ha llovido desde aquel primer códice ―lo más parecido al libro de hoy en día― que encontramos en la Edad Media. Dejó de ser un rollo continuo para convertirse en un conjunto de hojas cosidas con forma rectangular. Desde ese momento fue posible acceder directamente a un punto preciso del texto. Después, poco a poco, vinieron las mejoras: la separación de las palabras, las mayúsculas y la puntuación; y más tarde las tablas de las materias y los índices, que facilitaron muchísimo la búsqueda de información.
Hoy, en el siglo XXI, hemos cambiado nuestra forma de leer y de mirar. Ahora, además de libros, leemos y miramos pantallas. Esto altera irremediablemente nuestra concepción del hecho lector y nuestra aprehensión de conocimientos, porque la pantalla no es solo un cambio de soporte, sino una profunda modificación en el modo de organizar los contenidos.
Hemos pasado de la lectura pausada, vertical y prolongada en el tiempo de un texto plano, a la de uno abierto, plural, que se desdobla en muchos otros textos y que es más superficial y horizontal. Dicho de otro modo: de los manuales, enciclopedias y diccionarios hemos saltado a los hipertextos, que son según la definición del programa PISA: una serie de fragmentos textuales vinculados entre sí de tal modo que las unidades puedan leerse en distinto orden, permitiendo así que los lectores accedan a la información siguiendo distintas rutas.
De aquí podemos colegir dos cosas: que la organización de la información puede no ser lineal, sino arbórea o en red y que el lector tiene la posibilidad de recorrer el texto a través de variados itinerarios en función de la finalidad de su lectura. ¿Y todo esto a qué nos lleva? A una manera de leer y a un tipo de lector muy diferente del que se necesita para descodificar un texto lineal.
Tres son las características distintivas que queremos resaltar para entender mejor los cambios que se están produciendo:
1.- Los textos digitales se apoyan, con frecuencia, en elementos gráficos o icónicos para ayudar a la comprensión. De ahí la necesidad de un lector activo que establezca el sentido de los diferentes componentes (sonido, imagen, texto…) y las relaciones entre ellos con el fin de construir el significado global de toda la información.
2.- La lectura digital ofrece la posibilidad de que el lector interactúe con aportaciones en forma de comentarios con sentido. Y esto no es baladí porque, de alguna manera, el lector va configurando su identidad digital, una imagen pública de cuáles son sus intereses, sus opiniones, etc.
3.- De las dos características anteriores deducimos esta tercera: los hipertextos ofrecen una sobreabundancia de información que exige unos procedimientos de búsqueda, selección y gestión eficaz y por eso el lector precisa de habilidades nuevas para poder hacer frente con éxito a los objetivos de la lectura.
Ahora viene lo más importante: si la forma de leer ha cambiado y el lector necesita de otros conocimientos para lograr dichos objetivos, también habrá que modificar la forma de enseñar. Es decir que el concepto de alfabetización y de competencia lectora indefectiblemente ha variado y, ahora, es mucho más amplio. Hasta hace poco se consideraba a una persona alfabetizada cuando sabía leer, escribir y realizar las operaciones básicas de cálculo, hoy el concepto va más allá. Ahora podríamos hablar de tres niveles de conocimiento: escrito, digital y en redes.
“El gran reto será entonces formar a las personas en nuevas dimensiones y competencias, una alfabetización mediática y una competencia que permita discernir y evaluar dicha información” (Paola Dellepiane).
Es fundamental que tanto las escuelas como el profesorado se pongan al día. Además de ser garantes de esa nueva alfabetización, ya han empezado a adecuar los espacios y los entornos de aprendizaje: antes hacían visitas esporádicas al aula de informática, ahora ya existe la posibilidad de que tengan acceso continuado a Internet en sus aulas y en las bibliotecas escolares. En este sentido hay que resaltar el papel de la Federación de Ikastolas vascas que, a través de su proyecto EKI, está creando el primer material didáctico digital específicamente orientado a la educación basada en competencias.
Pero no todo son parabienes. El autor estadounidense, Nicholas Carr, se ha mostrado pesimista ante las competencias que, a su juicio, se están perdiendo por la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación. Por ejemplo, la capacidad de leer con profundidad y concentración textos de una considerable extensión. En su libro, Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?, explica cómo las múltiples ventajas y utilidades de la Red tienen como contrapartida el triunfo de la superficialidad y la distracción.
“Hoy parece que estamos perdiendo la segunda parte, nos quedamos en la primera, como si no fuera necesario extraer deducciones o conclusiones originales. Las nuevas tecnologías nos instan a buscar, pero no a reflexionar” (Nicholas Carr).
De todas formas, lo que es innegable es que la alfabetización digital viene a hacer más fácil la vida en un mundo donde la tecnología marca la pauta y la sobreinformación es la norma. Primero, porque consigue que el lector adquiera los conocimientos necesarios para ayudarle a moverse, buscar, evaluar e interpretar de forma crítica, y por supuesto autónoma, la información de la Red; y segundo, porque le insufla una dimensión social, ya que relaciona a la persona con el resto del mundo en su sentido más amplio y la hace consciente de su responsabilidad y de sus limitaciones en esta multiculturalidad y globalización que nos ha tocado vivir.
Nunca antes ha habido un corpus lingüístico tan grande como el que ofrece Internet, que contiene más lenguaje escrito que todas las bibliotecas del mundo juntas, y nunca antes hemos estado tan informados. ¡Cómo ha evolucionado todo desde aquella lejana Edad media en que el libro jugaba un papel fundamental en la educación ―esencialmente elitista, propia de la élite religiosa― y donde la palabra del maestro era casi sagrada!; de magister dixit hemos pasado a Google dixit. Si hoy un monje copista de aquellos levantara la cabeza, pensaría: Cómo nos han cambiado el cuento.
Muchas gracias Manu por su envío. Su análisis me hizo
pensar en el salto tan enorme que tuve que dar desde que
empecé a escribir mis pensamientos en una Remington y
a lo que he tenido que adaptarme ahora.
Reciba un cordial saludo.
G. Kalóniko
Interesante comentario,estamos sobreinformados y eso
no nos deja pensar,es importante lograr un cambio en
la forma de educar y preparar a todos los ciudadanos.
Soy promotor de la lectura y formador de bibliotecas,rega
lo 500 libros para iniciarlas
Viviendo en un país con casi un 21 % de viejos analfabetas y quizá con más del 50 % de nuevos analfabetas, veo el futuro cuesta arriba.
Pienso que quizá la mitad de nuestros educandos necesitan de cursar el nuevo plan de alfabetización, para empezar a transmitirlo y que la sociedad inicie el periodo de asimilación.
Si al retraso que se menciona se añaden gobiernos corruptos, sociedades polarizadas, crimen organizado, drogas, políticos analfabetos me da temor pensar en el futuro.
De acuerdo. Sin embargo, algo se ha perdido y es el placer, el deleite de leer libros, como el Quijote». Por cierto que muchos otros han atrapado al lector de acuerdo al interés que haya tenido. Hoy la red nos facilita información a raudales y es algo similar a las conversaciones entre amigos y el deleite de hacerlo en vivo y en directo, versus la multitudinaria comunicación entre amigos o conocidos a que se acostumbra en la red, pero, en el mayor silencio, sí, en silencio, cada uno en casa o en un lugar distinto, o también en casa, como lo hacen los chicos cada uno con su aparato que ofrece la modernidad.
interesante reflexión a la que adhiero.
Muchas gracias Ana por el envío.
Felicidades y enhorabuena por el artículo.
Genial!
El reto es ganar y recuperar lectores. Creo que la transición pasa por lo oral, lo escrito, lo visual, siguiendo a Eco.
Lo que existe ahora es un verdadero Intelicidio y neoanalfabetismo. Al profesor le toca según sean sus instituciones educativas y culturales, batallar para ganar y recuperar lectores.
Muy buen artículo y el tema es necesario y urgente con esto de las tecnologías. Pero acariciar, oler y hojear un libro es algo especial y particular, en muchas ocasiones íntimo.
Muchoe éxitos y felicitaciones
Vivimos un mundo diferente, los cambios fueron tan amplios recorriendo el tiempo, que ahora nos vemos un poco aplazados en el tema. Para la mayoría de las personas que ya pasaron los sesenta, es todo un aprendizaje, depende de cada uno como asimilara el cambio, excelente reflexión, gracias.
Saludos
Desde mi punto de vista lo digital es maravilloso para la investigación, e incluso para escribir, pero la lectura sigue siendo más íntima en la letra impresa.
Estimado Manu:
Ante todo, enhorabuena por sus interesantes artículos, éste es uno más que da para hacer una tesis.
En mi modesta opinión, estamos «sobreinformados», es tantísima la información que nos llega a través de internet, que sería imposible leerla toda. Además, una buena parte de la información que nos llega es información que no podemos considerar de buena fuente o fidedigna, por tanto, cada usuario poco a poco, bicheando por aquí, por allá y acullá, va entrando en páginas, medios de comunicación a los que se va habituando y llega un momento que te mueves por un círculo que consideras que dan información fiable y veraz. Por otra parte, cuando alguien quiere aprender sobre una materia, especialidad, o profesión determinada, ocurre lo mismo, que poco a poco vas eliminando páginas por su falta de profesionalidad, y te vas quedando en otras que consideras que la materia que imparten es de calidad. Pero para poder discernir, cuál o cuáles son buenas, hay que tener tiempo, contrastar la información con otras páginas web, con la bibliografía, compañeros, profesionales, entre otras fuentes. En definitiva, la lectura o inforamción digital tiene sus ventajas, pero también sus inconvenientes. Para mí es mucho más placentero leer en papel, pero la ventaja de la red es la rapidez y la cantidad de información que nos llega. Por tanto, es bueno extraer lo mejor de ambas lecturas, de ambos aprendizajes, y compaginarlas. Por poner un ejemplo, las técnicas de ensaeñanaza-aprendizaje han cambiado para bien y lo importante es adaptarse y obtener lo mejor de cada una de ellas.
Desde Sevilla, mis más sinceros saludos para todos los participantes de este entrañable foro.
Muy claro e interesante el artículo. Gracias
Me parece muy bueno lo que han posteado, es una manera nueva de encarar la lectura y más que nada la «comprensión» de lo que se está leyendo.
Es un tema interesante, muy interesante
Interesante artículo. Se explica muy bien cómo la lectura denun mismo texto puede resultar diferente en una pantalla. Lo cierro es que leer en ese objeto rígido que es un libro y que no sirve más que para ello, puede hacerse de una forma más concentrada, menos dispersa, que en el móvil o en la tableta, que ya se ha convertido en un órgano más de nuestro cuerpo. Con él hablamos, nos escribimos, nos informamos, fotografiamos, escuchamos música o radio, nos orientamos con el coche o a pie… Al leer también en él, le hemos dado otra función más y saltamos con facilidad de una a otra. Nos despistamos. Pero en fin, las pantallas han llegado para quedarse. Aunque quizás no quinientos años, como los libros. Será bueno que aprendamos a utilizarlas.
[…] remontan al comienzo de la literatura, la pasión por ellos es palpable desde finales del siglo XX. La aparición de Internet y la acelerada forma de vida que llevamos han cambiado nuestra manera de l…. Ahora nos urge contar mucho en pocas líneas y el resultado es que escribimos cualquier sucedido […]
[…] al comienzo de la literatura, la pasión por ellos es palpable desde finales del siglo XX. La aparición de Internet y la acelerada forma de vida que llevamos han cambiado nuestra manera de l…. Ahora nos urge contar mucho en pocas líneas y el resultado es que escribimos cualquier sucedido […]