Ocho pistas para aprender a escribir
Categoría (Consejos para escritores, General) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 15-10-2022
Tags : Escritura-técnica-misterio, inspiración-existe, la-musa-viene, literatura-elementos-de-la-realidad, narrar-requiere-madurez, ser-escritor-mediocre
En la última Feria del Libro de Corrientes (Argentina), Ana María Shua, autora de una extensa obra literaria, pronunció el discurso inaugural bajo el título “Cómo ser escritora, técnica y misterio”. Ante un numeroso auditorio, disertó sobre el lenguaje inclusivo y dio algunas pistas para los escritores principiantes, de acuerdo con su propia experiencia en el oficio:
1.- Leer como loco
“Empecé muy chica”, comenzó diciendo. “Era una apasionada lectora. Alguien que va a ser escritor es un lector loco, desbordado. Así era yo”.
2.- Conocer la tradición para desafiarla
“En la primaria tuve un momento de revelación cuando nos enseñaron las reglas de versificación. Yo escribía poemas y cuando salí al recreo les dije a mis compañeras: ¡Esto no puede ser, miren si un poeta cuando le viene la inspiración se va a poner a contar sílabas! Fui a mi cuadernito, el de mis poemas y vi que la mayoría eran octosílabos, el metro más común de la lengua española. Fue un shock enorme darme cuenta de que estaba escribiendo según las reglas”. Quien no conoce la tradición está condenado a repetirla. La única manera de desafiarla es conocerla.
3.- Seleccionar y concursar
No fue gratis el impacto. “Tuve un bloqueo. Tenía once años y tiempo después empecé otra vez. Por entonces quise estudiar teatro, pero la profesora se dio cuenta de que yo no servía para actriz, aunque tenía cierta facilidad para escribir. Entonces cada semana me pidió que preparara un versito para la siguiente. Y al cabo de dos años, tenía material como para mandar a un concurso”. Así aprendió dos cosas:
- Hacer la selección. “No todo lo que uno escribe es bueno. Hay que darse cuenta de la diferencia”.
- Presentarse a un concurso. “Mucha gente considera que no vale la pena hacerlo: no es así. No todos están amañados; en realidad, son los menos.”
No le fue mal: “Gané un premiecito del Fondo Nacional de las Artes y gracias a eso pude publicar mi primer libro de poemas: El sol y yo.”
4.- Para narrar, hay que madurar
A los dieciséis años ya tenía un libro de poemas, pero Shua quería narrar, y narrar requiere un cierto grado de madurez. Le costó producir algo valioso, pero no se amilanó y siguió luchando. Reconoce que son peores los escritores antes de los veinte años, por lo que cree que no conviene publicar antes de los treinta.
5.- No hace falta ser un genio
Mientras tanto, Shua buscó la manera de ganarse la vida con la literatura. La revista Nocturno la contrató para escribir cuentos románticos: “Así, aprendí a contar un cuento; al principio, basándome en otros cuentitos que leía en otras revistas. Yo creía que para ser escritor había que ser un genio. Y si no, no valía la pena. Pero me di cuenta de que muchos de los autores a los que había leído quizás no eran tan geniales. Se puede ser un autor mediocre, no pasa nada; no hay que ser la cumbre de la literatura universal’”.
6.- Usar la realidad
¿A partir de qué se escribe? Al comienzo, Shua creía “que había que inventarlo todo”. Pero pronto descubrió que no: “Fue fabuloso. Vale usar elementos de la realidad para contar la literatura”. Después de esa experiencia, empezó a escribir sus propios cuentos y así nació el primer libro de cuentos que publicó: Los días de pesca.
7.- Buscar trabajo
“En aquella época, yo estudiaba Letras, pero empecé a buscar trabajo”. Este es mi consejo para los principiantes: si quieres escribir, búscate un trabajo; es muy difícil vivir de la Literatura”.
8.- No depender de la inspiración
Por eso, trabajó quince años para el mundo de la publicidad. Ahí descubrió el secreto. La inspiración existe. La musa viene y, cuando viene, es mejor que lo encuentre a uno con los dedos sobre el teclado: “A un redactor creativo lo toman para que tenga ideas y, si no las tiene, lo despiden. Así que aprendí a no depender de la inspiración: la inspiración se puede imitar. Es algo más lento, más penoso, pero no imposible».