Microrrelato. Solemnidad de la berenjena

Categoría (General, Taller literario) por Manu de Ordoñana, Ana Merino y Ane Mayoz el 10-03-2025

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 Solemnidad de la berenjena
Tan rotundamente cardenalicia. Tan seca por dentro.
Catalina García García-Herreros

La actualidad religiosa y cinematográfica es la que nos ha llevado a la elección de este microrrelato, extraído de la antología Por favor sea breve 2. Nada más leerlo supimos que era él o ninguno.

Afirma Clara Obligado en el prólogo de ese libro que este relato está tan cercano al aforismo como a la greguería. Sin embargo, forma parte del mismo como un relato más, ejemplo concretamente de microrrelato generado a partir de una imagen. Este uso de la imagen como paratexto es muy habitual en la minificción, por su valor simbólico y porque nos permite contemplar de un solo golpe de vista el texto.

Lo primero que al lector le llama la atención además de la forma es el color. Ese tono tirando a violeta o morado lo relacionamos directamente con la vestimenta de obispos o cardenales. Catalina García, en un momento de la creación narrativa, probablemente ha percibido un chispazo, un destello imaginativo, y a renglón seguido ha puesto en palabras lo que la fruta le sugiere; esa eclosión es la base de todo.

Hagamos ese ejercicio de imaginación y pensemos en una berenjena puesta en vertical con el casquete arriba y comparémosla con un clérigo. Ahora releamos el microcuento. A partir de la comparación, la autora ha hecho un trasvase de significados de este en aquella. Lo primero en lo que nos fijamos es en el título: el color de la vestimenta eclesiástica eleva la categoría de la fruta, la dota de majestuosidad y de boato.  Inmediatamente ―a través de un paralelismo sintáctico formado por “tan”, y utilizado en sus dos vertientes: intensificador de adverbio primero y de adjetivo después― ahonda en esa característica en la primera frase, concretándola en la imagen de un cardenal y elevándola a los altares, nunca mejor dicho. Para, justo en la última frase, desinflarla de toda pompa y ostentación. Un final de fiesta que había empezado con trompetas y acaba con trombones. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, ¿o no?

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