De la oralidad a la literatura
Con la introducción del alfabeto, las tradiciones perdieron su solidez inamovible. La palabra escrita se impuso a la oralidad, ya que alargaba la vida de la memoria e impedía que el pasado se disolviera para siempre.
Con la introducción del alfabeto, las tradiciones perdieron su solidez inamovible. La palabra escrita se impuso a la oralidad, ya que alargaba la vida de la memoria e impedía que el pasado se disolviera para siempre.
Según la RAE, metaliteratura es la “literatura cuyo objeto es la propia literatura”. Por lo tanto, usamos este término para aludir a los textos literarios que hablan acerca de la literatura.
Es sorprendente la cantidad de versiones que se han escrito sobre el cuento de la bella durmiente. Y sorprende más todavía que solo sea de ese cuento y no de otros de hadas, también muy conocidos.
Se podría definir a Hermann Broch como un filósofo extraviado en el reino de la literatura, que terminó siendo tanto un escritor político como literario.
La falta de invención puede compensarse con una acerada tensión estilística y una visión de la realidad afilada, más dirigida al entendimiento de la situación social que a una desmayada exposición de las aburridas circunstancias personales.
Según Javier Cercas, las novelas del punto ciego son aquellas que colocan la ambigüedad, la contradicción, la paradoja y la ironía en el centro de la obra, para que su poder irradie por todo el texto. Cuanto más ambigua es, más interpretaciones induce o admite y más sentido es capaz de abarcar.
El uso de un lenguaje inclusivo en boca de un personaje podría tener cabida en un relato; pero desde la perspectiva de un narrador omnisciente, externo a la historia, estaríamos confundiendo narrador y autor, y esto en Literatura es un error de bulto.
Esta pequeña gran mujer inconformista, luchadora, contradictoria, generosa e inigualable no ha tenido vida al margen de la escritura. “Jamás he conocido a alguien sin plantearme esta pregunta: cuando la gente no escribe, ¿qué hace?”.
James Joyce (1882-1941) es uno de los grandes escritores del siglo XX, representante destacado de la corriente literaria de vanguardia conocida como modernismo anglosajón y el Ulises, su obra maestra, publicada por primera vez ahora hace cien años.
Si lo fantástico moderno se pone en Europa al servicio por ejemplo de un pensamiento filosófico existencialista, en América lo hace también como identificador de una realidad peculiar, sin descuidar tampoco la denuncia social que siguen manteniendo obras del boom que reflejan la injusticia social, y especialmente con relación al mundo indigenista