El prescriptor literario
Categoría (General, Marketing para vender libros) por Manu de Ordoñana el 29-08-2013
Tags : criticas ditirámbicas, crítico-literario-independiente, dependiente-ilustrado, librería-de-toda-la-vida, normas-creacion-literaria, prescriptor-competente, prescriptor-literario, sinopsis-selección-novela, uvas-pámpanos-agraz, valoración-espontanea-lector
Illo tempore era frecuente encontrar en las librerías gente ocupada en hojear libros de las estanterías, sin prisa, con detenimiento, a la búsqueda de alguna novedad, de una obra rara o en vía de agotarse, como si el tiempo ya hubiera pasado, disfrutando del placer de tener un tesoro en las manos, sin sentir agobio alguno por pasar allí dentro toda una mañana, sobre todo, si fuera hacía frío o estaba lloviendo. Nadie te molestaba, te dejaban estar. Pero en último caso, siempre aparecía el librero, o algún dependiente ilustrado, para echarte una mano. Era el prescriptor competente al que casi siempre hacías caso.
La cuestión es que hoy el librero ya no cuenta para aconsejar al cliente, posiblemente, ni siquiera está preparado para hacerlo. Entiendo que el número de títulos que hoy exhiben estos establecimientos es muy superior al de aquellos mis tiempos. Aun así, pienso que muchos de ellos han abandonado su oficio, o no han tenido más remedio. La realidad es que esa figura sólo la encuentras en la librería de toda la vida, por desgracia casi siempre vacía, que aguanta sin cerrar la persiana hasta que su propietario se jubile.
Luego fue la prensa quien ocupó ese lugar ─además del boca a boca que seguirá funcionando siempre─, y lo sigue ocupando, a pesar de la irrupción de Internet. Es muy cómodo, sobre todo leer los domingos el suplemento cultural que ofrecen los periódicos serios. La sección literaria está especialmente cuidada, ya que el público pide la orientación de un experto antes de comprar un libro. Durante lustros, el crítico literario se convirtió en conductor de compradores y su juicio sirvió como elemento de persuasión para provocar el éxito o el fracaso de una obra en el mercado.
Cabría sospechar entonces de la influencia que las grandes editoriales podrían ejercer sobre los medios de comunicación para “orientar” a prescriptores tan relevantes. Aunque de todo habrá en la viña del señor (uvas, pámpanos y agraz), no hay razón para poner en duda la honorabilidad de esta profesión, aunque a menudo alguno se deje llevar por la subjetividad y su opinión se forme más por sus gustos personales ─en algún caso, por alguna fobia─ que por las normas que sostienen la creación literaria. Al final, los medios necesitan a los escritores y los escritores, a los medios, como sucede con la jet set y la prensa rosa.
El problema es que, con la revolución informática, han surgido otras formas de aconsejar el consumo de productos literarios: los blogueros, las revistas digitales y la opinión que los usuarios pueden subir a la red, una fuente de información que poco a poco se va imponiendo en la cultura de nuestra sociedad. Cabría esperar que la valoración espontánea que un lector aporta a la comunidad fuera objetiva o, cuando menos, independiente. De hecho una buena parte de la crítica literaria más exigente está en Internet, aunque el problema es saber reconocerla. Pero no es oro todo lo que reluce…
La propaganda directa se ha convertido en comunicación social, una manera sibilina de seducir pero tremendamente eficaz. Pedir a otros que hablen de tu producto ─que hablen bien, claro está, aunque un reproche sutil puede también servir─ no es difícil, sobre todos para las grandes corporaciones que tienen poderosos recursos humanos, informáticos y… económicos.
Así lo han entendido las agencias publicitarias al valerse de los denominados prescriptores, personajes de relieve que, por su visibilidad en los medios o su popularidad, son capaces de persuadir a los consumidores hacia uno u otro lugar. Y este recurso ha invadido el ámbito de la literatura. La industria editorial está sometida a la ley del beneficio y no es extraño que recurran a las técnicas del marketing para mejorar su cuenta de resultados.
Son los prescriptores literarios, individuos de distinto pelaje que, escondidos tras la pantalla de su ordenador, siguen las instrucciones que reciben del que les da de comer. ¿Cuántos blogs literarios existen en lengua castellana? Me atrevería a decir que más de mil. Y ¿cuántos de ellos son verdaderamente independientes? De los importantes, pocos, porque en cuanto alcanzan celebridad, alguien viene a incitarles para caer en la tentación.
El año pasado, Amazon fue acusado de admitir en su web críticas ditirámbicas de amigos y seguidores de ciertos autores que la multinacional de comercio electrónico tenía interés en promocionar, reseñas de escritores que alababan sus propios libros y atacaban los de sus colegas. La obtención del deseado trofeo “5 estrellas” está en las manos de un público que, bien manejado, puede dejar su recomendación sin ni siquiera haber leído el libro. Las sospechas de fraude se agravaron aún más cuando comenzaron a aparecer agencias que ofrecían a autores y editores la colocación en las librerías online de comentarios favorables a libros concretos, incluyendo paquetes de 20 reseñas por 499 dólares.
¿Necesitamos de verdad el “Me gusta”, el “+” o las estrellitas para comprar un libro? Hoy la red te ofrece siempre una sinopsis que ya debería darnos alguna pista, y casi siempre, una selección que nos permite leer entre un cinco y un diez por ciento del texto de la novela antes de hacer el clik definitivo. ¿No sería eso más que suficiente para echarnos al agua? Ser auto-prescriptores, no depender de nadie, salvo el consejo de quien nos merezca confianza. Por eso te sugiero, escritor diletante, que te esmeres en la sinopsis y dediques un tiempo a extraer una selección atractiva, incluso con más tiento que para escribir el contenido.
Me pareció muy interesate y certera la nota. Tiene veracidad en su contenido.
Felicitaciones por llevar estos temas donde quizá algunos aprendan a valorar lo que fueron oportunamente.
Muy buen artículo. Gracias por compartir. Un abrazo desde América del Sur.
Muy buen artículo! un saludo desde Argentina
Excelente reflexión. Estoy en el campo del arte contemporáneo y asocié este prescriptor al curador.
Muy ameno y atinado el post. Es lamentable que los libreros conocedores estén en vías de extinción.
He tenido el place de recibir,en mi e-mail,dos correos suyos muy interesantes sobre el escritor de novelas y éste que estoy abriendo.Nostagico,pero veraz. Lo felicito y le agradezco,gracias.
El dedo en la llaga. No hay crítica independiente. Menos aún en los periódicos. Antes existía la prensa rosa, ahora, con los mismos criterios, la crítica rosa. La mayoría de los críticos son ellos mismos escritores. En esta situación la imparcialidad es una utopía. Por otra parte ¿cómo encontrar el grano entre la paja que llena a carretadas todos los sitios de la red?¿Los prescriptores?En fin, ya has comentado el tema,para qué hablar más…
Como siempre, enhorabuena por el artículo.
Estoy de acuerdo en que la mejor critica literaria sale por los medios impresos y electronicos. Cuando osamos publicar textos criticos que no son aquiescentes con la obra en cuestion, nos tildan de mezquinos y de envidiosos. Hago critica literaria en El Universal de Venezuela y cuando mis comentarios no favorecen al texto, llueven insultos de parte de quienes sienten que he cometido un grave delito al emitir mi parecer. Cuando mis textos son elogiosos para la obra, no faltan quienes me señalan como tarifado de la editorial. Quién entiende esto?
Enhorabuena. Me gustó el artículo y me induce a reflexiones.
Muchas palabras para decir algo tan simple. El buen escritor es capaz de vender su obra porque seguro puede escribir una buena reseña, hablar sobre su libro y sobre si . Si no puede no es, si no es honesto no le compran dos veces. Así de simple, vender no es trabajo de escritor ni de librero.
Al respecto yo pienso que se deben respetar las críticas, vengan del lado que fuere, porque siempre habrán quienes gusten y otros que no de nuestro trabajo. Lo que no debemos olvidar es el principio: » LA MEJOR DE LAS CRÍTICAS SIEMPRE SERÁ INFERIOR AL PEOR DE LOS TRABAJOS», bajo ese punto de vista nosotros los escritores, los creadores de cuanta obra escrita hay en el mundo, tenemos que seguir adelante con nuestro talento para demostrarles a quienes no creen en nosotros que están totalmente equivocados. No podemos parar, porque la práctica hace al maestro. Mis respetuosos saludos a todos los escritores del mundo.
Te felicito, me gustan mucho tus artículos. Éste en concreto me recuerda a esta otra entrada de mi blog:
https://ocurrienfebrero.blogspot.com.es/2013/07/de-que-sirven-las-resenas.html
Muy bueno el artículo!! Muchas gracias por poner en palabras lo que más de uno y de una pensamos…
Tiempos con nuevos paradigmas son éstos…indudablemente,
este análisis ayuda a distinguir realidades en el remolino vertiginoso de las nuevas aguas.
Totalmente de acuerdo. Yo no creo en las críticas. La lectura es algo tan personal y tan subjetivo que a mí me parece de lo más difícil de valorar. Hasta para regalar un libro me veo en un auténtico compromiso porque lo que a mí me encanta puede que el otro lo aborrezca. Simplemente hay que leer, dejarse llevar por la intuición y leer, leer, leer…
Algunos críticos son escritores frustrados, otros aceptan parabienes o viven de ello sin muchos escrúpulos a otros les gusta su trabajo y son honestos. Sigue habiendo prescriptores, algunos jóvenes, que siguen con la librería familiar o han decidido abrir una porque es el territorio que les gusta y hacen presentaciones de libro y se crea una atmósfera hermosa entre un pequeño grupo de personas. Si abres un libro, él mismo te susurra que encierra su alma. Un cordial saludo.
Dices muy bien, amigo, en una crónica estupenda.
Abrazos
Fantastico articulo! Dices grandes verdades, que pena que se este perdiendo el consejo o comentario que nos hacia el librero de la llibreria de la esquina, esa de toda la vida…
Saludos!!
Ante todo mis más cordiales saludos a Manu de Ordoñana y a todos los participantes del blog.
El artículo, en mi modesta opinión es buenísimo y pone de manifiesto verdades tan grandes como templos. Y es que desgraciadamente, hay gente capaz de hacer cualquier cosa, e incluso de vender a su propio padre con tal de ganar una miseria.. Es una pena que haya gente capaz de engañar a los demás de una manera tan burda, y de críticos que se vendan y defiendan a aquellos que les pagan, porque la mayoría —me refiero a todo el mundo, no solamente a escritores, editores, críticos—, somos gente honrada y poco podemos hacer ante tantísimo buitre como hay por todas partes, salvo no hacerles caso: nos pueden engañar una vez, pero solamente una. Pero, gracias a Dios, también conocemos medios de comunicación, críticos, etc., que tienen un prestigio ganado a lo largo de muchos años, y que no van a tirar dicho prestigio por la borda de un día para otro, y en ellos, bajo mi punto de vista, si hay seriedad, rigor y profesionalidad.
Quiero aplaudir a aquéllos que son honrados y que hacen una crítica constructiva, les guste o no a los escritores, pero no a aquellos que sin miramiento ni respeto ninguno echan por tierra el arduo trabajo de escritores que se ven indefensos ante tanta falta de respeto. A esos, que sin valorar el esfuerzo de los demás, desde su púlpito sagrado degradan y humillan el trabajo de los demás, sin pararse a pensar en el esfuerzo que han hecho.
Pasando a otro tema: desconocía que algunos escritores, por tal de vender compraran paquetes de opiniones de clientes, y también me parece inaceptable y un fraude, por supuesto.
Espero que podamos seguir opinando sobre temas tan interesantes y compartir las opiniones de todos. De nuevo un cordial y afectuoso saludo a Manu de Ordoñana, y a todos los particpantes.
Desde Sevilla:
Salvador
No me parece justo que se generalice al decir que las críticas de las plataformas digitales (o mejor dicho, comentarios, porque no creo que un lector común y corriente esté suficientemente preparado para ejercer de crítico), sean todos favorables o que la mayoría sean de amigos o familiares y por último, comprados.
Si los hay, son la excepción.
La mayoría de los que publicamos por decir un portal en amazon, recibimos comentarios de personas absolutamente ajenas a nuestro entorno, porque los amigos son los que menos compran, a menos que de verdad deseen leer la novela, claro. De manera que tenemos comentarios de 5 estrellas pero también de 1 y en algunos casos son hechos con una crueldad que asombra.
El autor no puede poner un comentario a su propia obra, tampoco está permitido comentar más de una vez la misma novela. Simplemente el sistema no deja hacerlo.
Es inquietante el futuro de la literatura de calidad si confiamos únicamente, como ya estamos empezando a hacer, al marketing, al auto bombo o las críticas de amigos y seguidores sin demasiadas exigencias su pervivencia. El me gusta, la sinopsis, las alabanzas y las estrellitas no pueden sustituir una buena crítica por muchos problemas y carencias que la crítica, llamémosla tradicional tuviera.
https://antologiaenlarevista.blogspot.com/2014/07/el-prescriptor-literario-por-manu-de.html
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En la mayoría de los casos la crítica de los suplementos literarios en la prensa de primera línea es crítica de lanzamiento, nada ye ver con la calidad de la obra. Críticos y editoriales tienen en muchos casos intereses comunes.