El diario. Segunda parte
Es aconsejable escribir un diario pensando en que nadie va a leerlo. De este modo, será más fácil que salga a la luz lo íntimo, lo más personal y así alcanzar la base de todo diario: el diálogo del escritor con su otro “yo”.
Es aconsejable escribir un diario pensando en que nadie va a leerlo. De este modo, será más fácil que salga a la luz lo íntimo, lo más personal y así alcanzar la base de todo diario: el diálogo del escritor con su otro “yo”.
“Un cuento siempre cuenta dos historias. El cuento se construye para hacer aparecer artificialmente algo que está oculto.”. En su libro Formas breves, Ricardo Piglia proporciona la esencia de sus reflexiones sobre la narrativa.
La mejor manera de demostrar lo que vales es escribir un libro. Estos son los consejos que ofrece Stacey Alcorn para hacerlo
Los primeros diarios aparecieron en el siglo XVIII como una necesidad de la naciente burguesía de encontrar un lugar en la sociedad
La autoficción se ha explicado de diversas maneras: hacer ficción de la propia identidad, utilizar la realidad de uno mismo como inspiración para escribir, explorar el yo para reconstruir una identidad, usar la propia vida como materia de ficción, compartir lo privado moviéndolo hacia el plano poético, manipular lo autobiográfico para escribir una novela…
Carlos Balladares reformula sus principios escriturales tras asistir a un taller para escritores, en su permanente deseo de dominar el arte de la narrativa.
La elección de las palabras adecuadas es fundamental para elaborar una atmósfera determinada. El vocabulario es básico para la creación de ambientes en un trelato.
La vida de Roberto Calasso gira en torno a un único objeto: el libro. Es, al mismo tiempo, un generoso escritor, con una treintena de libros; un gran editor (Adelphi), con miles de volúmenes a sus espaldas, y un gran pensador, poseedor de una vasta cultura.
Escribir, leer y formarse son los tres pilares básicos sobre los que se asienta toda carrera literaria
Para adentrar al lector en la historia de un libro, el escritor ha de saber describir minuciosamente la atmósfera que rodea al personaje, aludiendo a los sentidos con un estilo que se adapte a las circunstancias.