La carrera digital

Categoría (El libro digital, El mundo del libro, General) por Manu de Ordoñana el 20-05-2011

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He leído no sé dónde que la tirada media de los libros que se publican se ha reducido en los últimos años. Eso ha hecho que —a pesar de que los equipos de fabricación se han adaptado a la nueva dimensión— el coste de producir un libro sigue creciendo. Dentro de pocos años, el precio que un lector tendrá que pagar en una librería por el último título de su autor preferido será excesivo y no tendrá ningún aliciente para comprarlo.

Dicen que, en EE.UU., el 35% de los libros ya está disponible en formato digital y es casi seguro que ese porcentaje irá en aumento con el paso del tiempo y la llegada de nuevas generaciones habituadas a llevar un tablet bajo el brazo. Según una encuesta realizada a finales de 2010 sobre el  consumo digital en seis países (EE.UU., Reino Unido, China, Japón, Italia y la India), el tiempo que pasa hoy la gente leyendo en pantalla es casi igual al tiempo dedicado a leer en papel. Las ventajas son evidentes:

  • El e-book es más barato, con tendencia a la gratuidad o casi.
  • No precisa papel. Los ecologistas estarán contentos.
  • Puedes llevar cientos de libros en tu e-reader y leer el actual en el autobús, cuando vas a trabajar.
  • También están disponibles en la red. Algunas plataformas ya ofrecen el préstamo digital, como si fuera una biblioteca pública.
  • No ocupan espacio físico en la casa. La biblioteca del salón de tu casa sobra.

Por el contrario, a los que como yo estamos casi amortizados, nos sigue gustando el libro en papel, tocarlo, manosearlo, disfrutar del tacto de unas pastas suaves, recrear la vista contemplando una portada con encanto. He leído un par de novelas con un e-reader de última generación y, aunque reconozco que la tecnología ha mejorado un montón, yo todavía no me acostumbro. Ya veo que soy un carcamal…

Eso no evita tener que admitir el cambio que nos viene. Las librerías pequeñas se reconvertirán a no sé qué otra actividad o tendrán que cerrar. Las editoriales habrán de reorganizar su negocio y promocionar los libros que publiquen a través de redes sociales, blogs y otros caminos a descubrir. Aun así, si el lector deja de estar motivado, el libro en papel se limitará a los bestsellers y a ciertas publicaciones especializadas.

¿Y qué pasará con el escritor?

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